El existencialismo ateo es un tipo de existencialismo que difiere fuerte y claramente de las obras existencialistas cristianas de Søren Kierkegaard, desarrollándose en el contexto de un punto de vista ateo.[1]
La filosofía de Søren Kierkegaard provee la fundación teórica del existencialismo en el siglo XIX. El existencialismo ateo comienza a ser reconocido tras la publicación, en 1943, de El ser y la nada de Jean-Paul Sartre, quien explícitamente después alude a él en su obra El existencialismo es un humanismo de 1946. Sartre había escrito previamente sobre el espíritu del existencialismo ateo (p.ej.: La náusea (1938) y las historias cortas de su colección de 1939, El muro).
Albert Camus con El mito de Sísifo y Simone de Beauvoir escribieron desde una perspectiva existencialista atea igualmente.